Sano compañerismo

Sano compañerismo

Hola ¡Queridos lectores! 👋 

Las relaciones que establecemos con las personas que nos rodean tienen un impacto significativo en nuestras vidas. Las amistades y grupos a las que pertenecemos pueden influir en nuestros pensamientos, comportamientos y decisiones.

En el libro de 1 Corintios 15:33, el apóstol Pablo nos recuerda una verdad a tomar en cuenta: «No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres».

Esta sabia enseñanza nos invita a reflexionar sobre la importancia de rodearnos de personas que compartan nuestros valores y creencias, especialmente en lo que respecta a nuestra fe. La Biblia nos advierte a considerar con quienes nos debemos juntar.

«El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado.» (Pr 13:20).

Somos seres sociales por naturaleza. Buscamos la compañía, el apoyo y la validación de nuestros pares. Es por ello que las personas con las que nos relacionamos tienen un impacto significativo en nuestra forma de pensar y actuar.

Si nos rodeamos de individuos que cuestionan o ridiculizan nuestras creencias, es probable que comencemos a dudar de ellas. Por el contrario, si nos integramos a grupos que refuerzan y apoyan nuestra fe, nos sentiremos más fortalecidos y motivados a vivir de acuerdo con nuestros principios.

No todas nuestras amistades han sido formadas de manera igual. Algunas nos elevan y nos inspiran a ser mejores cristianos, mejores personas, mientras que otras pueden arrastrarnos hacia abajo y alejarnos de nuestras convicciones más profundas.

Es por ello que es fundamental ser selectivo con las personas con las que compartimos nuestro tiempo y nuestras experiencias.

Elige sabiamente:

  • Evalúa los valores y creencias de las personas que te rodean. ¿Comparten tus principios fundamentales? ¿Te animan a vivir una vida acorde con tu fe?

  • Involúcrate en tu iglesia. Únete a grupos que promueve tu congregación, asiste a sus cultos y participa de sus actividades de manera activa.

  • Sé honesto contigo mismo. Si te encuentras en un entorno que te hace sentir incómodo o cuestiona tus creencias, no tengas miedo de alejarte.

  • Rodéate de personas que te inspiren a ser mejor. Busca la compañía de individuos que te motiven a crecer espiritualmente y a vivir una vida íntegra.

Elegir sabiamente nuestras amistades y relaciones es una decisión importante. Rodearnos de personas que compartan nuestros valores y nos animen a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios es fundamental para nuestra vida espiritual.

Es vital cuidarse de aquellos con quienes compartimos nuestro tiempo y espacio. Recuerda, las malas compañías corrompen las buenas costumbres. Elige sabiamente con quién te rodeas y fortalece tu fe en la compañía de aquellos que te acercan más a Dios.

Gracias por leerme hasta aquí en esta edición semanal de Enseñanza y Sabiduría Bíblica.

¡Dios te bendiga!

— Tomás Dahua